¿Qué es una IGP? Nos lo cuentan los ganaderos de Ternera Gallega y Ternasco de Aragón

El sello europeo Indicación Geográfica Protegida significa origen y vinculación a un territorio, tradición, calidad diferenciada y controles de trazabilidad. Cualidades detrás de las que encontramos el saber hacer de miles de ganaderos y ganaderas que, con su trabajo, fijan población en el rural y permiten afianzar su futuro. Por eso, cuando el consumidor elige carne de las IGP Ternera Gallega y Ternasco de Aragón, no solo adquiere un producto con las máximas garantías, también respalda a sus productores y ayuda a la rentabilidad económica y social del campo gallego y aragonés. Así lo explican los ganaderos inscritos en ambas IGP, unidas bajo la campaña “Carnes con estilo”

Desde la aldea de Foxado en A Coruña, Teresa López, ganadera de Ternera Gallega, subraya que una Indicación Geográfica Protegida “es una garantía para saber lo que estás comiendo” puesto que el producto amparado debe superar un estricto programa de control. “Puedo atestiguar que hay inspecciones continuas, porque a mí me las hacen, vienen a mirar si los terneros siguen mamando hasta los siete meses, qué comen, el agua que beben, etc. Creo que esto también es bueno para los ganaderos porque siempre es mejor más seguridad”.

Ángel Santos tiene una ganadería en Friol (Lugo). En las 50 hectáreas que gestiona, pastan 70 cabezas de ganado y 35 terneros, aunque la media se sitúa en los 40. “Lo primero que hacemos al levantarnos es llevar a mamar a los terneros, y luego sacamos el ganado al aire libre a pastar, hasta la noche, cuando lo volvemos a recoger”. Todos sus terneros están inscritos en la IGP Ternera Gallega porque, afirma, “el sello aporta un valor añadido a la carne y se nota la diferencia”. 

Desde Aragón, Alberto Riba también destaca la labor de control de las IGP. “Los controles que lleva a cabo Ternasco de Aragón son muy exhaustivos. Se vigila la alimentación de las madres, de los corderos, la edad, los piensos… para que nunca llegue al mercado un cordero que no tenga las máximas garantías para el consumidor”. Un consumidor que se preocupa también por la sostenibilidad medioambiental, por lo que Alberto, al igual que Ángel, destaca la importancia del pastoreo. “En invierno nos dedicamos a limpiar orillas de campos, pinos caídos…; si no lo hacemos los pastores, no lo hace nadie. En primavera segamos la hierba y en verano recogemos la paja que le daremos en invierno a los animales.”

En esa línea, Natalia Fanlo, también ganadera de Ternasco de Aragón, subraya que las ventajas más importantes de una IGP son las que llegan al consumidor. “Es un producto de calidad, de proximidad y que cumple con toda la normativa de bienestar animal. Además, estás adquiriendo una carne sostenible que ayuda al mantenimiento del medioambiente, porque los animales pastan por los montes, y donde están los animales tiene que estar el ganadero, por lo que se fija población en el rural”.