La carne, reina de las comidas
(qcom.es 24/04/2013) Como plato principal o como acompañamiento, la carne constituye una fuente esencial de proteínas con alto valor biológico. Este alimento proporciona entre un 15 y un 20% de proteínas, además son la mejor fuente de hierro y vitamina B12. La carne aporta al organismo todos los aminoácidos esenciales, es decir, los que el cuerpo humano no puede producir. Esto hace que el consumo en las etapas de crecimiento y en mujeres embarazadas sea imprescindible. La importancia de su consumo hace que desde la Fundación Española del Corazón se recomiende 3 ó 4 piezas de carne a la semana, alternando el consumo de carne de ave y el resto de tipos. Según la Fundación, se aconseja que cada ración sea de 100-125 gramos. La carne se compone en gran medida de tejido muscular donde se encuentra la mioglobina, que es lo que le da ese color
característico que al contacto con el aire se oscurece. Además, incluye tejido graso, que influye en la cantidad de agua que tiene, a mayor grasa, menor contenido en agua. Por último, contiene tejido conectivo que es el que separa los músculos y tendones.
¿Qué tipo de carne elegir?
Existen dos grandes distinciones de tipos de carne. El primer grupo distingue entre carnes magras y carnes grasas y el segundo grupo divide entre carnes blancas y rojas. Por un lado, están las carnes magras, con menos de un 10% de materia grasa, que proceden de la carne de caballo, ternera, pollo, avestruz y conejo. Por otro lado, están las carnes grasas, como pueden ser las de cordero, pato y cerdo. Sin embargo, esta es una distinción muy genérica, ya que partes como el solomillo, el lomo o el jamón del cerdo se incluyen dentro de la carne magra.
En cuanto a la diferencia entre las rojas y blancas, se puede precisar que las primeras tienen mayor mioglobina, es decir, contienen mayor hierro. Las carnes rojas las podemos encontrar en las de bovino, caprino, equipo y ovino; y las blancas en el pollo, el conejo y el pavo.
El consumo de carne crece
En los últimos datos del Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente (MAGRAMA), se aprecia cómo los hábitos de consumo de los españoles han cambiado en época de crisis.El consumo de carnes y productos cárnicos parece recuperarse tras dos años de caída. Ha aumentado el consumo de carne congelada en detrimento del de carne fresca. Según el MAGRAMA, el consumo de carne en los hogares españoles creció un 0'8% en 2012. Los tipos de carne que más aumento en su consumo son la de pollo (un 1'8%) y de pavo (un 22'7%). Sin embargo, decreció el de la carne de vacuno (un 2'6%), de cerdo (0'3%) y la de ovino/caprino (un 9'2%).Para comprender estos datos es necesario relacionarlo con el aumento de los precios de la carne
fresca: la de ave (un 3'5%), la de vacuno (un 1'8%) y la de porcino (un 4'1%), según datos del Instituto Nacional de
Estadística.
Ante el escándalo, estrictos controles
A pesar del buen dato de consumo de carne facilitado por el MAGRAMA, durante los primeros meses del año se ha levantado crisis en el sector por la aparición de carne equina en productos de origen vacuno.Tras esta polémica, un grupo de expertos en el Comité Permanente de la Cadena Alimentaria de la UE ha elaborado controles de calidad que eviten estas prácticas en la comercialización de productos cárnicos basados en carne picada. Los análisis se llevarán a cabo en países como España, Francia, Italia, Polonia y Alemania.La Unión Europea ha exigido a España que realice 150 pruebas mensuales en productos alimenticios comercializados o etiquetados como de vacuno, y además, debe realizar exámenes para detectar fenilbutazona, una sustancia que sólo se les inyecta a los caballos en las articulaciones. Estos análisis deberán ser presentados a la Unión
Europea el próximo 15 de abril y los resultados serán presentados por el Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente, de lo que les informaremos puntualmente.